martes, mayo 26, 2009

Basta ya de actitudes machistas e hipócritas

Una violación es un abuso de fuerza y de poder del hombre hacia la mujer, a la cual somete, humilla y anula como ser humano. Es un escenario de reinado individual en donde una persona realiza actos de posesión y control sobre otra. El hombre en este caso es un enfermo mental y social, en parte consecuencia de este sistema patriarcal en el que vivimos y nos formamos, mantenido por el estado y la iglesia, que en esencia genera desigualdad entre hombres y mujeres, en donde se determinan las relaciones sociales con reglas de conducta, prácticas de poder, discursos de legitimación, costumbres y hábitos permanentes de subordinación, de comportamiento y discriminación.

La salud mental es prácticamente inexistente en nuestra sociedad, en la que se aceptan esas actitudes sexistas que no se basan sólo en agredir físicamente. Esas actitudes y actos que sufrimos simplemente por el hecho de ser mujeres, que pisan nuestros derechos laborales, que nos obligan a comportarnos de una determinada manera socialmente. Es la doble moral de los sujetos que quieren pensar o creen que el machismo sólo se manifiesta en momentos puntuales, como las violaciones o agresiones, pero que en realidad está inserto en la propia estructura de las relaciones sociales y es potenciado en los niños y niñas desde la más tierna infancia.

En muchas ocasiones las mujeres nos vemos en situaciones en las que no queremos estar a través de gestos, tocamientos, chantajes sexuales, incluso llegando a un extremo, violaciones, en las cuales nos sentimos impotentes, como si nuestro cuerpo no nos perteneciese. En general, siendo objeto y no sujeto de nuestra propia sexualidad.

Y al igual que pensamos que un hombre no tiene derecho a controlar a una mujer, pensamos lo mismo con el resto de personas, las cuales denuncian lo anteriormente citado, es decir, que nadie puede decidir qué hacer con nuestro cuerpo, pero de cara a que tengamos la opción de elegir sobre si queremos interrumpir un embarazo, pues nuestro cuerpo nos pertenece, muchas veces dan un giro de 180 grados a su discurso, contradiciéndose por completo.

Actualmente en Valladolid estamos siendo testigos de varios casos de violaciones. Unas semanas antes, en el mismo escenario en el que se están dando estos hechos, el barrio de la Rondilla, tuvo lugar una manifestación del partido neonazi Democracia Nacional, para la cual se organizó un exagerado despliegue policial. En cambio, para coger a este violador las acciones son escasas y sólo nos han dado ridículas recomendaciones. El estado y su brazo represor, el cuerpo policial, que alardean de ser imprescindibles para la solución de todos nuestros problemas, son uno de los pilares que mantienen a este sistema patriarcal y tan falsos para decirnos que están haciendo todo lo posible para eliminar esas situaciones, que muchas veces no se valoran por las consecuencias que pueda tener para la otra persona, sino por las consecuencias legales que puedan recaer sobre el individuo que realiza la acción.

Desde Liza vemos necesario sacar a la luz todas estas acciones y actitudes hipócritas, que no hacen más que potenciar este problema que nos afecta a todas y todos.

Liza - Asamblea de mujeres combativas

sábado, mayo 16, 2009

Charla sobre el estado actual del Plan Bolonia

La Sección de Enseñanza de CNT-Valladolid ha organizado para este Miércoles 20 de mayo a las 19 30h. una charla sobre el Plan Bolonia en el Espacio Joven, el edificio situado en el antiguo matadero, con las puertas verdes traslúcidas.

En al charla se tratará:

-Brevemente, en que consite esta reforma universitaria
-Los motivos por los que esta reforma afecta a tod@s l@s trabajador@s
-La situación de implantación de la misma actualmente
-Los motivos de la oposición social al plan y la evolución de la oposición
-La alternativa y las propuestas que plantea CNT

http://www.cntvalladolid.es/spip.php?article760


miércoles, mayo 06, 2009

“Calificar como peleas de bandas los ataques fascistas es minimizar el problema”

El juicio por la muerte de Palomino, hecho que conmocionó a los movimientos sociales madrileños, ya ha superado la fase de la instrucción. Es previsible que la vista oral se celebre en las próximas semanas.

DIAGONAL: ¿Quiénes estáis presentes en este juicio y qué pedís?

ERLANTZ IBARRONDO: Además de la familia, que es acusación particular, están personados como acusación popular el Movimiento Contra la Intolerancia y las Asociaciones de Vecinos de Vallecas, barrio de donde era Carlos.

Nosotros hemos calificado los hechos como asesinato y entendemos que es difícil de rebatir, pues son indubitados y la actuación del imputado es claramente aleve. También la fiscalía y el resto de las acusaciones personadas han realizado la misma calificación. La diferencia es que nosotros y las acusaciones populares también calificamos como concurrente la agravante del artículo 22.4 del Código Penal, ya que la única razón para el ataque que sufrió Carlos era su ideología antifascista.

Pedimos una condena de 20 años de cárcel por este asesinato, más otra de diez años por la tentativa de homicidio del otro joven agredido ese 11 de noviembre en la estación de metro de Legazpi. Y tres años más por tenencia ilícita de armas, porque ha quedado acreditado –el acusado mismo lo ha reconocido– que llevaba una navaja de maniobras del Ejército, que tiene la consideración de arma peligrosa. También ha reconocido, y la policía lo recoge en su atestado, que además llevaba un puño americano.

D.: Además de Palomino otro joven fue apuñalado. ¿Esto se va a ver en el mismo juicio?

E.I.: Sí, también se va juzgar y también ejercitamos nosotros la acusación particular. Todas las acusaciones hemos calificado este segundo ataque como homicidio en grado de tentativa. El acompañante de Carlos, que intentó desarmar a Josué Estébanez de la Hija, fue herido y estuvo muy grave. Permaneció en la unidad de cuidados intensivos casi 20 días porque tenía una grave lesión en el pulmón. Luego tuvo algunas complicaciones. Tardó más de 80 días en curarse y le han quedado algunas secuelas. Todo está acreditado por un informe del médico forense. Para preservar su integridad es también testigo protegido.

D.: La defensa parece querer presentarlo como un acto de autodefensa...

E.I.: No tiene ningún apoyo legal, el vídeo de las cámaras del Metro es demoledor, es imposible acreditar ninguna otra cosa que la que hay en el vídeo. Para hablar de legítima defensa tendría que haber habido alguna agresión anterior… y no hay nada, absolutamente nada.

Hay además muchos testigos, gente del vagón, personal del metro, personal de seguridad…, que van a declarar. Pero los testimonios son para reforzar la argumentación, ya que todo está un poco supeditado al vídeo, una prueba objetiva indubitada.

D.: ¿Qué esperáis del juicio? ¿La máxima condena, abordar responsabilidades políticas...?

E.I.: Lo único que queremos es que se haga justicia, pero lo justo es que Carlos estuviera con nosotros, así que es inviable. Por lo tanto lo que buscamos es acreditar que el imputado es un asesino y en última instancia que se depuren responsabilidades por parte del Ejército y del Ministerio de Defensa. Si se acredita que la navaja con la que cometió los hechos era un cuchillo de maniobras del Ejército, éste tiene una responsabilidad económica y subsidiaria, entendemos que tiene que haber un control por su parte de su armamento y de cómo se utiliza. Para garantizar la indemnización que le corresponda a la familia de Carlos –suponemos que se va acreditar la insolvencia del imputado– Defensa o el Ejército deben hacer frente a su responsabilidad.

D.: Los grupos neonazis reconocen la ideología fascista del acusado. ¿Se podrá abordar la responsabilidad de estas organizaciones?

E.I.: Intentaremos que se aplique la agravante de la intencionalidad política porque para nosotros es evidente que la militancia antifascista de Carlos fue el único motivo de la agresión. No fue ni porque Carlos le cayese mal, ni porque se conociesen de antes, ni nada similar. Ése es nuestro trabajo: acreditarlo en el juicio oral.

Respecto a la implicación de las organizaciones de extrema derecha, eso es una labor de las asociaciones que están trabajando en este tema para que insten a la fiscalía a que investigue a estos grupos, pero queda ajeno a nuestra labor y al juicio. El juicio es contra una persona y no una organización. Pero creo que es evidente que estos grupos consideran al asesino como un militante suyo. Es difícil argumentar que no tiene nada que ver con ellos.

D.: Será un juicio con gran repercusión mediática...

E.I.: Lo importante es que no se desvíe la atención y que algunos medios de comunicación no confundan a la opinión pública. Aquí se juzga el asesinato de un chico de 16 años que un 11 de noviembre a las 12 de la mañana, en vez de estar durmiendo en su casa, estaba mostrando su rechazo a los comportamientos racistas y por eso murió. Los medios de comunicación deberán decidir si prima la honestidad o el morbo y la falacia.

El discurso dominante de ‘peleas entre bandas’ debe hacer reflexionar a todos, no sólo a los periodistas que lo mantienen, sino a los ciudadanos del común. Cada uno debe reflexionar sobre cuál es su postura, si la no beligerancia y el dejar hacer o el compromiso contra la xenofobia, el racismo y el fascismo. Carlos con 16 años lo tenía claro. Si mostrar su compromiso hace que se forme parte de una banda, esa banda está compuesta por miles de personas.

Calificar como bandas o peleas de bandas las agresiones racistas, xenófobas, homófobas o fascistas es minimizar un problema que desde hace años ha causado decenas de muertes en el Estado español: la existencia de grupos fascistas con un alto componente de violencia. Existe una permisividad respecto a estos grupos que no existe en ningún país europeo y está relacionada con la intención de minimizar sus agresiones.

Diagonal