¿Por qué es tan difícil decirle a tus hij@s que los Reyes no pueden cumplir todos sus deseos? ¿Por qué la tele presiona tanto a padres y madres? ¿Por qué nunca es suficiente? ¿Por qué es tan dura la cuesta de enero? ¿Qué fue de las peonzas, las canicas, los cromos...? Juegos sencillos, baratos, que fomentan las relaciones en grupo, el compañerismo, la comunicación, la imaginación… La mayoría de nosotros pedíamos videojuegos, ordenadores, pistolas, ametralladoras, tanques... Las chicas barbis, simuladores de bebés que cagan, mean y eructan, pinturas, ropita de moda...
Los niños aprenden a solucionar las cosas por la fuerza, a ser poco comunicativos, y quizá la guerra (a través de juguetes bélicos) es la primera toma de contacto con la política...Y la política siempre ha sido cosa de hombres ¿no? Las niñas aprenden pronto el papel que la sociedad les reserva: cambiar pañales, tareas del hogar, cuidar de los demás, arreglarse como mayores… (En un futuro será importante estar guapas a ojos de un conquistador que las mantenga: los asuntos de fuera del hogar no les incumben).
Perdemos la capacidad de decidir, perdemos la libertad, nos han robado la voluntad. Nada depende de ti, sino de lo que posees. ¿O es al revés? ¿Por qué tenemos tanto y sentimos que no tenemos nada? ¿Nos hemos convertido en marionetas?
El insostenible modelo actual de consumo conlleva el agotamiento de los recursos a un ritmo vertiginoso . ¿En qué mundo vamos a vivir? ¿En qué mundo queremos que vivan nuestr@s hij@s? Si el modelo capitalista triunfa en todo el mundo y en Asia, África y América Latina se ponen a consumir como nosotr@s , ¿cuanto tiempo nos queda de planeta?
Os animamos a la reflexión, a replantear nuestras costumbres e intentar hacerlas sostenibles, a recuperar el rescate, la liebre, el escondite, la peonza... A recuperar lo que nos hacía relacionarnos libremente, sin complejos, con naturalidad. Sentirnos mejor y no estar condenados a la soledad en esta sociedad de consumo individualista. ¡Qué bien lo pasábamos! Y no necesitábamos destrozar el planeta.
Recuperarnos a nosotr@s mism@s y nuestras vidas no da beneficio a los que tienen el poder, a los que nos venden los regalos. Estamos permanentemente sometid@s al deseo de consumir por consumir. A creer que no podemos cambiar nada. ¿Por qué somos infelices cuando tenemos "garantizado" el sustento? Nos preocupa vivir como los ricos, sin pensar que renunciamos a realizar deseos que nunca podrán comprarse en un hipermercado.
Trabajas de 8 a 6, para consumir de 7 a 10. Pasan los días y los días te consumen. Nuestras vidas se consumen.
¡Para, piensa... recupera tu vida!
Asamblea Popular de Jóvenes de Alcorcón
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