El pasado sábado 9 de febrero nos volvimos a concentrar frente a una de las tiendas que posee la empresa en el barrio de Parquesol, concretamente en la de la calle Manuel Azaña.
Para dicha concentración, acudimos alrededor de una treintena de afiliados y simpatizantes del sindicato, en este caso con un doble motivo: seguir denunciando los abusos que esta empresa vino cometiendo con uno de nuestros afiliados mientras trabajaba allí, y por otro, demostrar que las calumnias y las prácticas mafiosas que mantiene esta empresa para desprestigiar al sindicato no van a conseguir disminuir para nada nuestra labor sindical y de lucha en los curros y en las calles. Para los no enterados de la cuestión, nos referimos a una nota informativa elaborada por la empresa y distribuida entre los vecinos de Parquesol y en la que se puede leer lindezas como llamar extorsión a las concentraciones realizadas por este sindicato frente a sus establecimientos, o restar importancia y cantidad económica al dinero que esta empresa adeuda a nuestro compañero.
Por si esto no fuera suficiente, la empresa junto con un aliado especial para la ocasión como ha sido El Norte de Castilla, y en concreto el redactor Jorge Sanz Díez, elaboraron un artículo de lo más llamativo, anunciando la noticia de la siguiente forma: "Un carnicero denuncia once veces a CNT por acoso a causa de un despido", ¿quién dijo que las alianzas entre la clase empresarial no existieran? Este es un claro ejemplo de ello, y también de poco rigor periodístico al dar por válidas las noticias vertidas por la empresa sin consultar previamente la postura del sindicato al respecto y teniendo que ser éste quien se pusiera en contacto con el citado periódico para aclarar ciertas cuestiones fundamentales con respecto a este conflicto, las cuales el periódico difundió posteriormente como medida de rectificación.
En fin, que ni con esas pueden parar a este sindicato, que si algo ha aprendido a lo largo de sus casi cien años de historia es a tener la cabeza bien alta cuando va con la verdad por delante. Por eso, en casos como este, antes que acobardarnos nos hace sentirnos más fuertes y convencidos de nuestras ideas.
Aclaraciones a parte, la concentración transcurrió con normalidad, con la presencia constante de una dotación de la policía nacional y con un buen puñado de panfletos repartidos entre los vecinos para que sepan el verdadero rostro que se esconde detrás de este pequeño comercio que pretende crecer a costa de sus trabajadores. Por cierto, no las debe de tener todas consigo el empresario cuando decide subir el sueldo a los demás trabajadores a causa del conflicto, no vaya a ser que se le vaya a complicar el negocio...
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